Tema 3- LA SABIDURÍA (6º)

LOS REFRANES


Fichas interactivas




LOS LIBROS POÉTICOS O SAPIENCIALES

En el Antiguo Testamento hay un grupo de los libros llamados didácticos (por su enseñanza), poéticos (por su forma)  y sapienciales (por su contenido espiritual) 
y  abarcan siete libros: Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantar de los Cantares, Sabiduría, Eclesiástico. 
Estos 7 libros son principalmente denominados libros sapienciales, porque las enseñanzas e instrucciones que Dios nos ofrece en ellos, forman lo que en el Antiguo Testamento se llama Sabiduría, que es el fundamento de la piedad. 



A veces se confunde sabiduría con el saber muchas cosas, siendo más bien esta una característica divina, que se concede gratuitamente a todo el que lo quiere, como un don del Espíritu Santo. 

Los libros sapienciales, en cuanto a su forma, pertenecen al género poético. 
Al género poético pertenecen también la mayor parte de los libros proféticos y algunos capítulos de los libros históricos.


LOS PROVERBIOS

El libro Proverbios brinda consejos prácticos para la vida cotidiana. Fue escrito principalmente por el Rey Salomón y anima a la gente a buscar y aplicar la sabiduría de Dios en cada aspecto de la vida. 

Los versículos de Proverbios están escritos como si se tratara de un padre instruyendo a su hijo para que viva la voluntad de Dios. 

Estos versículos contienen consejos prácticos y pertinentes sobre los problemas que enfrentan los niños a medida que van creciendo y se convierten en adultos.

La Biblia cuando menciona al Rey Salomón lo considera como el hombre más sabio que haya existido. La Biblia nos explica que Salomón era joven cuando se convirtió en rey de Israel. Al darse cuenta de las inmensas responsabilidades de ser rey, le pidió a Dios sabiduría para liderar a Israel. El hecho de que Salomón pidiera sabiduría en vez de fama y dinero fue del agrado de Dios. Como resultado de ello, Dios hizo que Salomón fuera más sabio que cualquier otra persona.

EJEMPLOS
Oye, hijo mío, la doctrina de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre. 
Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, Y que obtiene la inteligencia. 
Porque al que ama castiga, Como el padre al hijo á quien quiere. 
No digas á tu prójimo: Ve, y vuelve, Y mañana te daré; Cuando tienes contigo qué darle. 
No intentes mal contra tu prójimo, Estando él confiado de ti. 
No pleitees con alguno sin razón, Si él no te ha hecho agravio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario