Tema 5 - JESÚS HIJO DE DIOS (6º)

Un día en la vida de Jesús

Echando un vistazo a un día en la vida de Jesucristo nos puede decir mucho acerca de quién era y cuál era su impacto en aquellos que estaban a su alrededor. Un día típico en la vida de Jesús era algo como esto:


Al comenzar el día, se despertaba temprano, antes del amanecer para pasar tiempo en oración. Esta era su prioridad. Era la forma en que comenzaba su día.


Por la mañana, Jesús daba un paseo por la orilla del mar de Galilea, disfrutando de la suave brisa del mar. Hablaba y se reía con Pedro y Juan. A veces Andrés venía a reunirse con ellos. Después de un rato todos se metían en su barco de pesca y echaban las redes.



A la hora de Comer, cogían los peces y se dirigían a casa de Pedro para hablar de sus luchas diarias. Jesús ofrecía las soluciones a todos sus temores.


Al atardecer Jesús y sus amigos se acercaban y charlaban con las personas que se encontraban. Jesús les hablaba de Dios y la vida eterna. Muchos pensaban que eran una tonterías que él hablaba, pero muchos otros entendían y creían en sus palabras.




A medida que el día avanzaba, Jesucristo, continuaba con sus amigos visitando a los enfermos que acudían a él para pedir ayuda. Los ciegos veían y los cojos caminaban. Incluso, resucitó a su amigo Lázaro de entre los muertos.



Al anochecer, cuando el sol se ponía Jesús, una vez más, iba a un lugar tranquilo y terminaba su día con una oración. Empezaba el día con la oración y lo terminaba de la misma manera.




Sí, efectivamente, un día en la vida de Jesucristo, era un día muy intenso y lleno de experiencias. Sólo pasar un día con él era suficiente para cambiar radicalmente la vida de cualquiera desde ese momento.

                             





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